22 de febrero de 2011

¡CAMBIAREMOS EL MUNDO DE BASE! - Sobre las luchas en egipto y otras partes

Recibimos y difundimos:
Pronunciamiento sobre las luchas en Egipto y el resto del mundo trabajador


EL MISMO CORAZÓN, LA MISMA NECESIDAD DE VIVIR…
¡CAMBIAREMOS EL MUNDO DE BASE!

Los trabajadores del mundo entero son los únicos que pueden acabar con la explotación y opresión social capitalista y absolvernos de la miseria en la que se descompone toda la humanidad. Esto, no es una creación ideológica nuestra, ni una invención profética comunista, sino una realidad histórica, que se rebela contra toda ideología burguesa y se manifiesta con las masivas y combativas luchas proletarias a lo largo y ancho del globo.

El proletariado demuestra una vez más su condición de clase revolucionaria, todo el mundo vibra sorprendido con los últimos acontecimientos en Egipto y los países aledaños. Los burgueses lloran, se reúnen, conspiran, llaman a sus economistas, a sus asesores y profetas, no saben qué hacer con las revueltas y levantamientos de los explotados. Miles y miles de hermanos nuestros se levantan, rompen las cadenas que los sujetan a la maquinaria burguesa y toman su vida en sus manos. No les queda otro camino tampoco, se miran y ven el mismo dolor en sus vidas, la misma lastima por el futuro por sus hijos, la indignación por la injusticia, y lo más importante: ven que solamente ellos pueden cambiar su infame existencia. Las huelgas, las protestas callejeras, la toma de locales, las barricadas, los debates espontáneos, la organización autónoma barrial, los saqueos colectivos, son las estrofas de la poesía llamada revuelta social.

Nunca han tenido nada, nosotros, los que escribimos esto, lo sabemos muy bien, nuestros hermanos han desafiado el toque de queda, los tanques, las tanquetas, las bombas lacrimógenas, los rifles, las balas, a los policías y militares. ¿Miedo a la muerte? Todos los días nos levantamos y existimos para trabajar, enriquecer a otro, hacer lo que nos ordenan y ser echados a la calle cuando nos “gastamos”; el único miedo que podemos tener es al de pasar por este mundo y no saber lo que es vivir de verdad. Este es el motor de la lucha y es también la muestra de que la clase trabajadora despierta, de que las balas no pueden matar la esperanza de un mundo nuevo, y que sólo nosotros podemos emancipar a la humanidad de la esclavitud asalariada.

Los barrios en El Cairo, Suez y Alejandría existen para luchar, el puño levantado es la constante en dichos lugares. Estamos tan distantes de esos barrios geográficamente, pero tan cerca estamos en los intereses que ahí se defienden. Nosotros, un sector de los trabajadores en Perú, somos también parte de esa gran masa desposeída, que vive y siente la misma explotación, la misma miseria, la misma podredumbre de un sistema que se alimenta de nuestra vida, de nuestros hijos, de su inocencia, de nuestras padres, de su cansancio, de nuestros hermanos, de su juventud, de nuestras risas, alegrías y sueños. Pero también somos parte de la esperanza, de un poder que surge, de un puño que se levanta y golpea, aun a tientas, pero cada vez más cerca del objetivo, Francia, Gran Bretaña, Italia, Grecia, Túnez, Argelia, China, Bangladesh y ahora Egipto, son parte de un gigante que comienza a despertarse, de un gigante que comienza a recordar sus antiguas batallas contra el demonio antropófago llamado Capitalismo, y ve un futuro prometedor.

La clase explotadora, los dueños de todo, los dueños del mundo y los que se han apoderado de nuestra vida, nos quieren hacer pensar que las luchas que estamos desarrollando es por alcanzar la democracia, es por expulsar a algún político corrupto, es por buscar más “libertad” dentro del capitalismo. Nos quieren hacer creer que luchamos sólo por reformar la explotación y la miseria, que luchamos no por acabar con este mundo burgués, por la raíz de nuestros problemas, sino para acomodarlo “un poco mejor”. No les vamos a permitir estos engaños, nosotros desde aquí, denunciamos a estos ideólogos burgueses que vestidos de “nuestros defensores”, estos izquierdistas, nacionalistas, socialdemócratas, nos quieren desviar de nuestra lucha porque quieren dirigirnos, quieren que demos nuestra vida para llevarlos a ellos al poder y seguir continuando con la servidumbre y esclavitud. Sólo los trabajadores, organizados autónomamente, podemos crear un nuevo poder para decidir qué hacer con nuestras vidas y con el mundo que sólo lo movemos o paramos nosotros.

Mientras escribimos esta especie de pronunciamiento, en Egipto se reúnen millones de nuestros hermanos, sin miedo y con el corazón al descubierto, la humanidad toma un respiro, su existencia sólo depende de nuestras futuras luchas. En realidad no sabemos cómo terminará este proceso combativo, esta etapa de la lucha histórica de los explotados contra los explotadores, no sabemos aún si el peso de las ideologías religiosas e izquierdistas habrá calado en nuestros hermanos. Pero lo que sí sabemos es que esto no acabará con una reforma, no acabará con la salida de algún presidente. Cada generación proletaria se nutre de las luchas, toma confianza en sí misma, en el conjunto de lecciones que la clase nos ha dejado. La solidaridad ha estado presente y estará presente en este proceso,  sólo unidos somos fuertes. Termine como termine esta batalla, será un gran avance para nosotros en esta guerra contra el capital.

Nuestra victoria final se acerca cada día, ya no está tan lejana como lo pensábamos, aunque quede un largo camino por recorrer. El ejemplo de Egipto al igual que Grecia y Túnez alimenta el espíritu  revolucionario y señala el camino que debemos seguir; son los chispazos de la gran explosión que será la revolución.

Desde aquí sentimos el ambiente de lucha proletaria en el Cairo, Suez, Alejandría, desde Perú sentimos esa emoción indescriptible de sabernos vivos, de saber que nada fue en vano, que la historia nos respalda, y que el futuro espera ser construido por la humanidad libre de la esclavitud asalariada, libre de las clases sociales, libres de la explotación.

Aunque todavía el camino no sea claro, y nuestros golpes no estén destinados al objetivo concreto, cuanta alegría sentimos al saber que nos liberamos de las viejas ataduras,  que  la clase empieza a reconocer a su verdadero enemigo y como debe ser la forma de enfrentarlo. Las armas de la clase han sido desempolvadas masivamente: El Debate, Las Asambleas, La Huelga, La Reflexión, La Solidaridad, La Confianza en el Futuro, etc.

Terminamos dándoles las gracias de todo corazón a los hermanos trabajadores que están luchando, somos parte suya, nos han llenado de felicidad, han llenado de sangre revolucionaria nuestras venas. Seremos, junto a ustedes, parte de la revolución mundial del mañana

Alerta Proletarios, un nuevo mundo nos espera.

¡Proletarios de todos los países, unámonos!

Grupo de Esclarecimiento Comunista – G.E.C.
Febrero 2011 

4 de febrero de 2011

MAGREB Y MEDIO ORIENTE. LA REEMERGENCIA DEL PROLETARIADO

Recibimos y difundimos:
Magreb y Medio Oriente. La reemergencia del proletariado
Desde Diciembre del 2010 la llama de la revuelta está recorriendo los países del Maghreb como un reguero de pólvora. No obstante los ecos de la revuelta traspasan todo límite geográfico, llegando a otros países limítrofes donde comienzan a retumbar las voces de sus vecinos y el sonido de los sables, haciendo palpitarlos corazones de sus hermanos de clase que aceptan el reto de enfrentarse también a la tiranía capitalista para defender sus condiciones de vida.
La burguesía internacional se reúne día sí y día también para orientar su forma de enfrentarse a la revuelta; a la par las armas de la democracia se han desplegado por todo el territorio: los ejércitos llevan semanas en las calles reprimiendo, las caras de los diversos gobiernos cambian cada hora, los recambios burgueses hacen fila para tratar de seducir a los rebeldes, las promesas de reformas se amontonan una tras otra, el fundamentalismo democrático se renueva, la transformación en conflicto interclasista trata de abrirse paso…
La prensa internacional de nuestros enemigos no ha dejado de maniobrar e intoxicar para ocultar la verdadera causa de la revuelta. Primero la descalificó como una “típica manifestación de los no civilizados propia de países subdesarrollados”, luego tuvo que calificarla como una revuelta Tunecina “a favor de mayores libertades”, para más tarde pasar a decir lo mismo sobre Egipto. Hoy la lucha por los derechos democráticos es el recurso mediático. Al igual que las demás herramientas del capital, la prensa busca acorralar la revuelta, impedir que siga propagándose como la peste, imposibilitar que los proletarios de otros países nos sintamos identificados con las protestas y salgamos a las calles a enfrentarnos a nuestros opresores. Es uno de los métodos por excelencia para enfrentarse a las luchas proletarias: ahogarlas entre los cordones sanitarios de un país.
Y a pesar de todo, la llama sigue extendiéndose. Túnez, Argelia, Líbano, Egipto, Jordania, Libia, Mauritania, Omán, Yemen, Marruecos Siria, Kuwait o Palestina, en mayor o menor intensidad, han dado muestras de que el proletariado está esperando una mínima señal para salir a por todo.
La formidable extensión de la revuelta está echando por tierra la intoxicación de los medios de información,mostrando que el levantamiento responde a criterios muy diferentes a los que nos quieren vender, criterios que afectan a todos los proletarios de este mundo, y que arraigados en las más profundas raíces de este sistema ponen en cuestión los cimientos sobre los que se sostiene este mundo miserable: las clases sociales.
La abolición de la sociedad de clases. Esas es la esencia de la revuelta. Si los proletarios de todos esos países salen a la calle, no es por el simple rechazo al presidente o gobierno de turno, por las irregularidades en la gestión, por las libertades democráticas, o cualquier otra particularidad local. La esencia de la revuelta es la misma que en Grecia hace unos años, la misma que sobrevuela en las protestas recientes en Europa, o las que están recorriendo los países de Latinoamérica. Es el rechazo a soportar los latigazos de la crisis económica que nos machaca en todos lados, es el rechazo a seguir soportando el régimen de explotación y dominación capitalista, es el rechazo a seguir viviendo donde no se puede vivir. Es la reemergencia del proletariado que tras años de paz social, regresa como una pesadilla ante los ojos de sus amos que lo creían enterrado, para retomar su cometido histórico de mandar al museo de la historia toda sociedad de clases. Es, en definitiva, la humanidad alzándose contra la tiranía de la economía.
Esta realidad que trata de ser velada por toda la maquinaria de enajenación del capital, y que desgraciadamente un vasto número de proletarios dominados por este proceso de enajenación asumen y reproducen como papagayos, no nos lleva a sacar trompetas y platillos como si hubiera algo que celebrar. Que el proletariado salga a la calle, rompa sus divisiones, y extienda por varios países su lucha, es un paso más en el repunte que desde hace años se viene constatando en la lucha de clases. La agudización de la crisis mundial del capitalismo hace que los mismos mecanismos desplegados para paliarla se reproduzcan en todos los países y con todos los gobiernos posibles. Más capital ficticio y más apretones de cinturón a los proletarios. No hay otra receta posible. Pero estos medios exclusivos con los que cuenta el capital para hacer frente a su crisis no hacen sino preparar las armas que lo enterraran.
Las condiciones de los proletarios se homogenizan por abajo cada vez más en todo el mundo. Las luchas ya no solo saltan de un país a otro, sino que dan un salto cualitativo con la convergencia actual de esas luchas en diversos países. El proletariado se niega a realizar más sacrificios, rechaza ser la carne de cañón de la economía, y si bien es cierto que hay países en los que, pese a todo, los proletarios no acaban de lanzarse a la calle y parecen tragar con todo sin apenas protestar, no cabe duda de que es cuestión de tiempo, es cuestión de que el capital siga su cauce normal de apretarnos aun más el pescuezo, para que caiga la gota que acabe de colmar el vaso.
Pero como decíamos, frente a esto no se trata de celebrar nada, sino de impulsar la lucha y enfrentarnos a todos los límites que tenemos. Hay que combatir toda tentativa de reforma, toda ilusión, toda canalización, fortalecer las débiles estructuras de las que disponemos a todos los niveles, difundir las luchas que se den, traer la contienda a nuestras calles, asumir realmente el internacionalismo revolucionario… Y enmarcar toda esta práctica en un contexto que rechace el inmediatismo. De lo contrario nos quemaremos rápidamente. Tenemos que comprender que no se trata de vencer hoy, que la revolución es un proceso y que lo importante es que cada lucha nos fortalezca independientemente del resultado inmediato. Lo primordial es seguir avanzando hacia la inversión de la correlación de fuerzas entre clases a nivel mundial. Si las luchas en el Magreb y Oriente Medio dejan de extenderse, refluyen, son canalizadas por las diversas variantes del capital, lo importante es que la experiencia, las estructuras creadas por nuestra clase, así como las existentes –tanto en esos países como en los demás- se nutran de ese rico proceso y se consoliden como núcleos de reagrupamiento de proletarios, que la comunidad de lucha contra el capital se fortalezca. Lo importante también es comprender que toda canalización o pacificación será temporal pues hoy el capital no puede ofrecer a los proletarios otra cosa que mas y más sacrificios, no puede ofrecer otra cosa que más miseria. Toda promesa de reforma, toda medida para aplacar los ánimos no tiene sostén alguno en este ciclo infernal de crisis bajo el que se hunde el capitalismo.
Hoy se trata para nosotros de poner todos nuestros esfuerzos en asumir estas luchas que se están desplegando en el Magreb y en Oriente Medio como nuestras. Y con ello todo lo que implica: centralizar y difundir información, discutir sobre los diversos aspectos del enfrentamiento, luchar contra los mecanismos de represión y canalización del capital, subrayar los limites de la revuelta, organizar la acción directa, estrechar los contactos con compañeros para asumir juntos esfuerzos…
¡La lucha en Magreb y Oriente Medio es nuestra lucha!
¡Luchemos y organicémonos contra
la dictadura democrática de la economía!

Amigos de Octubre
3 de Febrero de 2011
región española